Desperté. Hoy también y de la misma forma que ayer te sentí. Hice lo mismo que aquel día de septiembre: tomar una hoja negra y la tinta blanca, pintarte letras, hacerte palabras, deshacerlas en oraciones; poner la tarjeta en el baño; abrir la puerta mirando el medio día; verte de re-ojo ir al sanitario; venir a abrazarme por la espalda, girarme lento y un beso hasta la cama... hoy lo hice también
... ¿Dónde está el beso?
... ¿Dónde está el beso?
1 comentario:
las mañana de septiembre son mil romanticas, pero las de abril... las de abril.
El beso puede que esta vez seas tu la que va a buscarlo.
Mauro!
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