sábado, 28 de julio de 2007

Galaxias de arroz

A veces el mundo es como es y no podemos cambiarlo por más que intentemos, tratemos, así es. Pero yo no me refiero al mundo de afuera sino al de dentro, al que existe en cada uno de nosotros, al que no vemos pero sentimos, al que idiotizamos con amores vagos y el que sufre con el verdadero. De ese mundo hablo yo, de cuando te miras en un espejo y apenas te reconoces, cuando miras por primera vez con detenimiento ese lunar que tienes junto a la boca, o esa cicatriz de la enfermedad, incluso el dispar de tus cejas; ese mundo es el que yo no puedo cambiar, el que muchos no podemos y por el cual otros mueren en intentos fallidos de recomponer los renglones torcidos de Dios.

2 comentarios:

negropiombo dijo...

Me gustó mucho la frase "los renglones torcidos de Dios". O además de los renglones torcidos tiene mala caligrafía, ortografía y una dislexia avanzada. Si existe (para algunos) las cosas le están saliendo muy mal... Tendría que comprarse un bonito cuaderno Scribe e intentar comenzar de nuevo... Su analfabetismo es notorio.

Mara Sigilosa dijo...

Dios me hizo a imagen y semejanza de un largo y oscuro texto, me dió agilidad para comunicarme y reflexión para profundizar. Pero no me brindó, todavia, la comprensión para entender todos los renglones torcidos que me regaló...