Porque me gusta imaginar la música, como ese día en el metro atascado y entre tanta gente yo venía imaginando aquella "Luna sin miel" de La Fuga: las guitarras, la batería, los aplausos, la voz... la voz. Y es que no hay nada como el rock para dejar la vida y abrir el corazón. En mi caso, las mejores y peores versiones de mí misma siempre tienen de banda sonora alguna buena canción con guitarra eléctrica y la voz roca de algún tipo mal-encarado. Me gusta el rock porque más que música es un espacio donde no tienes que esconder las verdaderas razones, porque no hay cabida a las caretas, porque siempre hay espacio para rasguñar y salir rasguñado, porque los rockeros tienen una sensibilidad distinta al resto de la gente, porque quienes hacen y gustan del rock aman y odian con todo el corazón, nunca a medias y nunca se cansan, porque viven para hacer poemas musicales.
1 comentario:
Si te gusta te gusta y punto!
Besitos!
Publicar un comentario