domingo, 12 de abril de 2009

Hasta la próxima hermanita

Es curioso como las personas crecemos, y hay cierta clase de personas que siempre pensamos con nosotros, pero no es así. Un día cualquiera pueden tomar la decisión de aventurarse en otras cosas, de irse a vivir lejos o de pronunciar más la distancia; entonces, nada es igual. Y hoy escribo esto porque venimos de dejar a mi hermana la mediana viviendo en otro estado de la República) y ya siento cosas raras.
Caro nunca fue expresiva, incluso lloraba por todo, me molestaba tanto su delicadeza y cercanía a mi madre y abuela. Desde pequeña a ella se le concedía lo que pidiera, sus vestidos eran impecables y a papá lo quitaba del futbol con sólo ponerse frente al televisor. Ya crecidas, ella y yo discutíamos mucho, pero siempre que me necesitaba yo estaba ahí y viceversa, pese a nuestros caracteres somos hermanas y hay un lazo extraño que siento que se estira por dentro, ya no me hará la señal de “amor y paz” todas las mañanas mientras me alisto para ir a trabajar, ya no la golpearé con la almohada por sus ronquidos, ya no comeremos palomitas que ella cocine, ni le ganaré el baño para salir, no tendremos nuestras charlas nocturnas y lo peor, ya no la podré molestar tan seguido.

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