
Yo como persona con diversidad preparé una playera con la frase: “Mientras te fijas en mí, cosas más graves están pasando y no las quieres ver”. Al final decidí quedarme en casa con el dolor de mi brazo izquierdo; pensé, después, que quizá saldría agredida por algunos posibles ofendidos o en algún diario pequeño. Me dio risa. Tengo paranoia.
Sin embargo, estoy completamente segura de mi frase. Agradezco a las personas que años antes salieron a las calles de mi ciudad con miedo para que yo pueda salir hoy con más libertad. Cada año más personas marchan y eso es maravilloso porque cada quien está siendo más él o ella. Pero a los medios les gusta el espectáculo y a veces, tristemente, en eso nos hemos convertido. Al siguiente día las fotos más grandes son graciosas y divertidas; a veces tienen voz las causas, a veces no.
Personas en plumas y tacones altísimos, pancartas, divisiones: organízate y marcha según tu colectivo. El año pasado tuve mucho lio con eso, no pertenecía a ninguno y no quería ir con ninguno, quería ser yo dentro de esa diversidad marchando. Me la pase bien, aunque a veces también sentía que no encajaba, es una fiesta y un decir “aquí estamos”, pero los demás días del año cuando hay propuestas o iniciativas para que se integre en la sociedad (o zoociedad) a la comunidad lésbico-gay-bisexual- transexual- travesti nunca somos en la misma cantidad.
Al marchar uno se emociona, uno siente esa fuerza que te hace dar un paso adelante y cantar una consigna, crees en esa consigna y como nunca antes te sientes con un poder inexplicable. Creo que ni el mejor escritor podría precisar esa emoción, tienes que vivirla para saberlo. Como bien me decía un amigo: cualquiera cabe en esa marcha de la Diversidad porque somos desiguales; pero ¿qué tanto integras tú no heterosexual a una persona diversa en tu vida el resto de los 364 días?
Nos falta mucho en cuanto al asunto de la diversidad sexual, pero podemos salir a las calles y hacernos presentes. Hemos logrado que la ley respalde a un viudo o vuida cuando su pareja es del mismo sexo; falta la educación, la familia, los hijos, el trabajo, los servicios de salud. Debemos dar un segundo paso: no somos espectáculo, mientras la gente nos miran y critican cosas más graves están pasando y no quieren darse cuenta: hay hambre, los precios suben y en diez años no habrá estabilidad, los países se pelean, al planeta lo matamos, cínicos políticos nos hunden, niños mueren de SIDA o gripe…