jueves, 12 de junio de 2008

Before you know It you're frozen...

Así, con noche hasta la garganta, se enfrentó por segunda vez a la verdad. Pero ¿qué es la verdad? Acurrucó la cabeza entre las dos almohadas, un pie sobre el otro y, acomodo el cuerpo sobre el lado izquierdo, corrió la primera y última lágrima antes de dormir. Tenía miedo; se sentía estúpida, esa clase de estupidez que desalienta, que tira y pisotea, que te da una patada entre las costillas y te deja vomitando sangre. Ahora, como no pudo hacerlo antes, comprendía los consejos y recomendaciones; las caras asustadas de sus amigos cuando ella contaba plácidamente la situación. Hoy, de noche, estaba sola y conteniendo sus ganas de gritar.
No concluyó el monólogo previo a dormir. Ella sólo se quedó muda, esperó dormir. Previo: sintió vergüenza por sí, por su capacidad de reducir el mundo, de acortar las distancias, de decir tantas tonterías y, lo peor, vivirlas. Aunque ahora, pensó, las cosas… madurar (no halló conexión que usar).
Sin embargo, pese a saberse estúpida, sonrío. A duras penas las comisuras de sus labios estiraron, los pómulos no alcanzaron el tamaño regular. En serio, estaba triste y procuraba que no, pero sin saber cómo (ambas habían prometido no alcanzar esos niveles) todo estaba así, así como esta noche.

2 comentarios:

Cazadora de almas dijo...

Guapa!! Pase a dejarte besitos!! Ultimamente el trabajo me quita demasiado tiempo, las cosas tienen que cambiar.... Muuuuuuuasss!!!

Unknown dijo...

Veo, mi querida, que usted tiene complicadas maneras de irse a dormir. A veces, cómo no, esa mezcla de cosas que uno siente termina teniendo lindos frutos. Un abrazo somnoliento.