lunes, 10 de noviembre de 2008

Invertido cuando menos lo espero

Cuando me habla por teléfono oigo su voz y no me agrada, es decir, no me imagino de noche escuchándole en voz bajita repitiéndome muchas veces que no puede dejar de mirarme o que le gusta mi boca o que me quiere. Miro su cabello y sé que no podría soportarlo cerca de mí porque lo tiene largo, tiene mucho y se le esponja.
Yo sé que puede quererme a su modo, pero a mí me enseñaron de otro y me niego a aprender.

1 comentario:

Unknown dijo...

Uh, cuánta saudade. La imagino del otro lado del teléfono constatando el imposible. Le mando un abrazo muy fuerte. Sus palabras también son oídas.