viernes, 4 de julio de 2008

Ellos son en verdad lo mejor que hay en mí...

Me había echado un post bonito. Se resume en que me he divertido conmigo, con mi familia, con mis amigos y que hoy no necesito más. La gente que quiero y me quiere está sana, con problemas como todos, pero están aquí, conmigo.

McDonalds es ameno si lo compartes con los amigos come papas. El baño es divertido si son varios quienes se miran al espejo. El Ángel de la Independencia sigue siendo maravilloso cuando hablas con los amigos hasta que la lluvia te hace correr y reirte. El Metro tiene su encanto cuando dejas pasar veinte vagones para quedarte a platicar. La ciudad es más simple cuando decimos: "Ves, la gente va así de rara. No dejes que me ponga así".




Nadie sabe qué fue aquello,


Y por eso conocemos


el secreto de estar juntos


a pesar de tanto tiempo.


Tanta fiesta y borrachera,


desde que eramos pequeños.


Y acabar muertos de risa,


en algún bar del casco viejo.


Hay algunos que se fueron,


pero pronto volverán.


La ventaja de ser tantos


es que siempre hay alguien más.


No te quedas nunca solo,


siempre hay con quien compartir.


La cerveza, el calimocho


y las ganas de salir.


En los libros que leímos,


y en las clases que no fuímos.


No enseñaban lo importante,


solamente lo divino.


Aprobar sin entenderlo,


y entenderlo sin probarlo.


Junto a ellas descubrirlo,


y llamar para contarlo.


Quedan años por delante,


quedan noches por detrás.


Recordar lo que ha pasado,


y no saber que pasará.


Si habrá bodas y bautizos,


nos veremos con los niños,


pero en vez de hacerlo en bares,


nos veremos en el parque.

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