domingo, 4 de abril de 2010

Día 4

Leí “Manual de autoayuda 8” y entendí que estaba haciendo bien, que hoy estoy haciendo bien en inmortalizar lo que me es importante.

Al principio, cuando comencé a escribir tuve miedo de modificar los recuerdos y confundir la realidad con la ilusión. Después comprendí que no tenía por qué preocuparme, de cualquier modo eso hacía cada día de mi vida:

No hay nada que habite en mi cabeza que no haya pasado con el verdugo, quien decide qué cosa ha de quedarse conmigo y qué cosa habrá de partir recién encienda la mañana.

Recuerdo como el corazón troquelaba mi cabeza, como ame hasta partirme en dos… el tiempo, los días negros y el sube-baja de mi vida.

Le recuerdo, le abrazo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una de la cuestiones que últimamente me ha rondado mucho por la cabeza es precisamente la cuestión de la verdad, de la memoria. Todo es sujeto a interpretación. Un sueño, un recuerdo cambia y se modifica cada que lo retomamos...Ay, no hay verdad absoluta, quizá!!!