
Jazmín vinó a saludar, a preguntarme por mi examen que hice por internet (no puedo ir a la uni). Ahora viene a mí que ayer estaba mirando unos videos y ella me pidió un libro, le di Andy Watson, contador de historias. El libro comienza con la historia de Andy, un hombre que escribía historias cuando era pecado hacerlo, entonces le cortaron las manos, pero Andy aprendió a escribir con los pies, le cortaron los pies, Andy contaba historias, le cortaron la lengua. Desde entonces Andy Watson se sienta en los parques, para contarle su historia con dejarse ver. A ella siempre le han gustado los cuentos, de pequeña la sentaba en mis piernas, ambas nos cubriamos con una cobija y le contaba historias, historias que me hacía repetir una y otra vez, historias que nunca eran las mismas porque yo las inventaba.
Ayer quería escribir, pero Jazmín me puso en algo cierto, a veces simplemente las palabras no salen porque no necesitan salir para contar una historia. Mi hermana me preguntó si era cierto, si el tal Andy Watson existio o existía. ¿Qué le dije? No me atreví a cortarle el sueño de ver a Watson en algún parque de la ciudad. Respondí, "seguramente ahora él está en una banca con un montón de niños a su alrededor, contandoles su historia".
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