A mamá

"Nadie es responsable de nadie, ni tú de mí, ni yo de ti"

También tienes los ojos rojos, has llorado. La cuasa, ninguna mejor: YO.

Ya no soy tu princesa, tu pequeña. Ya crecí y ahora soy todo lo que nunca hubieras querido. Si me llamas tu niña es como si pusieras una soga en mis manos. Si me la quito, si me deshago de ella no soy nada tuyo.

A veces me quieres, o quizá siempre pero a ratos lo demuestras. Lo sé, yo también guardo silencio, no digo, no hablo, no nombro. ¿Quién fue la última? ¿Quién tuvo la culpa? Yo.

En momentos, sé, quisieras echarme de tu vida. Y yo también, yo quisiera echarte de la mía pero ¿sabes? soy una adicta a ti, a caminar pegada a ti, a caminar por ti. Desde pequeña yo camine por ti, por lo que dejaste al convertirte en esposa, en madre. Nosotros (papá, Caro, Jaz y yo) somos los culpables, te quitamos la vida y a ratos quieres cobrarnos, y te pagamos... pero ¿es todo lo que quieres? Siempre más, siempre, nunca es suficiente.

Hoy me preguntas que hiciste mal, bien sabes que culpandote me culpas a mí también. ¡Basta! ¡No juegues! Vamos, nadie es responsable de nadie. Me diste tu vida, yo no la pedí, papá tampoco. Y te agradezco que me hayas traido aquí aunque el mundo no me guste.

Me invitaste a jugar a la familia, ahora quiero mi vida... ¿Puedes dejarme?

Sé que no eres mala, que a tu modo me quieres... es mejor pensar así

Sé que te gusta mi tatuaje, admitelo.

No me juzgues sólo porque no puedes entenderme. Deja poder caerme, toparme, golpearme la cabeza y herirme.

Hiciste bien, me educaste y sé escoger entre lo que quiero y no quiero, sé distinguir entre lo que tengo miedo y lo que me gusta. Tus errores no serán los míos, ni tus victorias las mías. Quizá te suene dura, ahora me tiembla el corazón y tú no lo sabes pero también puedo sentir, y llorar, y chillar, y tragarme el coraje... Sí, te juro que sí.

Te quiero