Me sorprendí diciendo: "Si algo maravilloso me tenía que pasar en esta vida ya lo pase y es eso, y es ella, y es todo, desde mi depresión hasta la varicela". Estabamos Gabriela, Silvia y yo en un rincón del cafecín StarBucks en Coyoacán, hace poco más del mes que no nos veíamos, sólo contactabamos por teléfono o bien vía mensajes. Me aleje de ellas a mediados de año, la razón: quería estar conmigo.
Pero bueno hoy era parte de salir a la calle sin más remordimientos (cualesquiera que sean). Llegamos, hablamos de todo entre té, café y galletas. Sí, viboreamos a la gente, a nosotros. Comentamos sobre las fechas próximas y la importancia que les damos. También me llamaron "loca" y "valiente" por pelarme. Llegamos al punto, me califiqué como hija, como amiga, como amante, como vecina, como hermana... y salió, que ya acepté completamente ante mi madre que soy lesbiana... vuala, soltaron una risa de oreja a oreja.
- Cuando se lo dije yo iba predispuesta a que me partiera un plato en la cabeza, que me corriera de casa o bien que comenzará a lanzar pestes contra Andrea. Nada de eso, sí, sus ojos se aguadaron pero no más, mi madre me miró y me dijo quiero que seas feliz. ¿Saben qué? Ahí me jodio, si ella me hubiera gritado yo no tendría que haber pasado por la autoaceptación. Pero lo tuve que hacer y me costo. Desde hace un tiempo salgo y ando con mujeres pero nunca llame lesbianismo a eso, no, no, porque me sonaba grotesco. Ahora lo que me suena grotesco es no ser feliz con lo que soy. Porque bueno el lesbianismo es parte de mí pero no todo, soy estudiante, trabajadora, hermana, amiga...
- Te vemos feliz, bueno yo te veo plena, feliz, no sé, traes un brillo en los ojos que no puedes con él - me dijo Gabriela - y me da gusto por ti, que lo que importa eres tú y nada más que tú.
- Sí, siempre he sido egoista y lo seguiré siendo, me importa mi felicidad ahora. Y más porque me costo bajones enormes, llegué a preguntarme por qué no me suicide aquel día.
- A buscar chicas se ha dicho.
- Ey no Sil, no, no y no... creo que lo maravilloso fue toparme con Andrea, y yo creo que sólo hay algo maravilloso en esta vida y ya me toco, estoy feliz así, solita por ahora. No quiero sentir nada por nadie, ni exigirle nada a nadie. Se termino esa estapa dónde me lastimaba estar sola pero dónde buscaba la soledad para no dejar ir a nadie después; se termino y la pelada fue eso, la pelada fue decirme te salvaste María, te salvaste, no moriste en el intento al sobrevivir este año. Hace un par de semanas vi la pelicula de PRINCESAS, dice que las princesas no tienen equilibrio, son tan sensibles que notan la rotación de la tierra. Dicen que son tan sensibles que enferman si están lejos de su reino, que hasta pueden morir de tristeza.
- ...También noto la rotación de la tierra.
Sí, me salve. Me salve de no matarme un buen día con tanto dolor, frustración, resentimiento, falta de claridad ante mí, ante los demás. Creo que no hay guerra más fuerte que la que uno mismo tiene dentro. He de confesar que un par de veces las vías del metro en la ciudad me llamaban pero siempre mantuve los pies detrás de la línea.